Por Laura Delgado
El autor porteño Martín Caparrós presenta en Sevilla su nueva publicación, Postales, una acertada recopilación de fotografías, viajes e historia; su antología viajera. Cuarenta imágenes tomadas a lo largo de más de 20 años y a las que, mucho más tarde, atribuiría un texto. Una reflexión sobre el viaje, pero también sobre la belleza, la muerte o las relaciones.
La planta tercera de la librería independiente Caótica, situada en el centro de Sevilla, acogió el pasado dos de mayo la presentación del nuevo libro de Martín Caparrós, Postales. El acto fue introducido por el consejero delegado de JotDown, Ángel L. Fernández y continuó bajo un tono conversacional en un diálogo con Pere Ortín, director de Altaïr Magazine, y con el público, sustituyendo así el habitual soliloquio característico de las presentaciones literarias.
En sus “postales”, el escritor lleva de la mano al lector por un recorrido a través del mundo, un mundo íntimo y personal, en el que destapa las bellezas y calamidades del planeta. Asegura que redactó siempre a través de la memoria “nunca miré una foto en el momento de ponerme a escribir”. Viajero empedernido, hace empleo de sus excursiones para combatir el paso del tiempo “los viajes sirven para marcar el tiempo, para tratar de creer que no pasa en vano.”
Periodista, escritor e historiador oriundo de la ciudad de Buenos Aires. En 1976 se exilia a París y, más tarde, a Madrid, para escapar de la tensión política provocada por el golpe de estado del 24 de marzo en Argentina; no volvería hasta que en 1983 quedara restablecida la democracia en el país sudamericano. A partir de 1991, Caparrós dedicaría su tiempo a publicar relatos de viajes en la revista mensual Pagina/30, la sección dedicada a sus escritos llevaría por título Crónicas de fin de siglo. Hoy, es columnista del diario El País y de la edición en español del New York Times y colabora desde hace dos años con la revista dirigida por Pere Ortín, Altaïr Magazine.
Con Postales, Caparrós cumple su sueño infantil de ser fotógrafo y, aunque la vida le llevó por otros caminos, asegura que disfruta de la fotografía como si de un juego se tratara. Comenzó a interesarse por este campo desde la más temprana edad, su padre tenía en un baño de la casa un pequeño espacio de revelado que le fascinaba; a los 16 años entra como aprendiz en una redacción y se adentra, poco a poco, en el mundo del periodismo y el fotorreportaje.
“Me molesta toda aproximación a la idea de que cualquier tiempo pasado es mejor. Durante los 80 y los 90 había más lugares distantes y difíciles de explorar. Hoy existe una mayor facilidad técnica pero en algunos casos hay más impedimentos políticos o situacionales “ responde el argentino cuando se le pregunta de qué manera ha cambiado el viaje en los últimos años. Pere Ortín añade “Las dificultades han ido variando, hoy no hay más o menos impedimentos, simplemente, ahora, son otros. El autor prosigue afirmando que, "sin embargo, algo que realmente ha cambiado es la forma de documentarnos antes de emprender un viaje. Yo iba a la biblioteca y me quedaba horas ojeando revisas hasta encontrar un pequeño párrafo de información sobre el destino que quería visitar. Hoy, en milésimas de segundo tenemos a nuestra disposición más material del que podremos leer en una vida. Si antes lo complicado era conseguir información, ahora es descartarla". A modo de despedida, Martín Caparrós dirigió unas palabras finales al público asegurando que, a pesar de todo, las formas de contar una historia no han cambiado y utilizó los últimos segundos del acto para declarar con una tajante sentencia que “un libro es siempre la triste realización de una idea magnífica.”
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Mario Lorenz (martes, 08 mayo 2018 11:46)
Conozco el libro, es muy interesante. Aporta una visión del mundo de los viajes muy diferente a lo que vemos en los intrascendentes blogs de viajes.