Por SINC
Parecían un montón de piedras más en el castro de Ulaca (Ávila) pero en los últimos años, con técnicas geofísicas y de fotogrametría aérea, investigadores de las universidades Politécnica y Complutense de Madridhan descubierto que posiblemente sean los restos de una antigua atalaya.
Desde ella se pudo controlar este gran poblado vetón,
aunque la localización privilegiada del edificio y su
proximidad a manantiales también hace pensar en una función política y religiosa.
Los vetones, un pueblo prerromano de la Iberia Céltica famoso por sus verracos, a finales del siglo V a. C. levantaron asentamientos fortificados conocidos como castros u oppidum. Estos poblados generalmente ocupaban lugares altos estratégicos que, aunque tenían buenas condiciones defensivas naturales, se reforzaban con murallas, campos de piedras hincadas y fosos.
Este mes ha comenzado una nueva campaña de excavación en uno de los más grandes de la península ibérica: el castro de Ulaca (Solosancho, Ávila), un ‘bien de interés cultural’ localizado a unos 1500 m de altitud en una extensa cumbre granítica que estuvo habitada a finales de la Edad del Hierro, entre el 300 y 50 a. C. Algunos arqueólogos lo llaman la ‘Pompeya vetona’ porque sus restos quedaron ‘congelados’ justo antes de su abandono por el proceso de romanización.
Ahora el interés de los arqueólogos se centra en un enigmático edificio en ruinas que hasta hace unos años solo parecía un montón de piedras: el Torreón, de unos 14 x 10 metros de superficie y cuya antigua altura se desconoce. Está formado por bloques de granito de gran tamaño que lo diferencian claramente de las más de 250 estructuras domésticas repartidas por distintos puntos del poblado, y su entrada se abre hacia poniente.
Ulaca destaca sobre los otros asentamientos vetones por su gran superficie (más de 70 hectáreas), sus imponentes murallas, con más de 3.000 metros de longitud, y por albergar construcciones muy bien conservadas, algunas de ellas excepcionales en el mundo celta, como un santuario rupestre –con su famoso altar de sacrificios– así como una sauna iniciática semiexcavada en la roca, pero este torreón sigue siendo todo un misterio.
¿Cuál fue su función? Para averiguarlo, investigadores de las universidades Politécnica (UPM), Complutense (UCM) y Rey Juan Carlos de Madrid, de Salamanca y Vigo, junto a la italiana de Salerno y el Politécnico de Turín han utilizado técnicas tanto fotogramétricas aéreas, empleando la cámara de un dron y el posicionamiento global de navegación por satélite (GNSS), como geofísicas, mediante el uso del georradar y magnetómetros.
Los resultados, publicados en la revista Sensors, ofrecen valiosa información de la superficie y el subsuelo donde se asentó el torreón y han permitido elaborar modelos en 3D, ayudando a evaluar hipótesis sobre su posible funcionalidad que se vienen planteando desde el descubrimiento del yacimiento a finales del siglo XIX.
Por una parte, con la ayuda de sistemas de información geográficos (SIG), se ha verificado por primera vez la efectividad del Torreón como posible atalaya destinada al control interno y externo del poblado, mediante la realización de un análisis de cuencas visuales.
Por otra, con el georradar se han descubierto importantes construcciones enterradas alrededor de la edificación, y con la magnetometría se han localizado fracturas en el subsuelo granítico que explican los diferentes manantiales existentes en la zona.
En la zona ‘noble’ del poblado junto a manantiales
“El Torreón fue erigido en la zona más privilegiada del oppidum desde el punto de vista hídrico, el único rincón donde en verano los manantiales siguen proporcionando agua y los pastos se mantienen verdes”, explica el coautor Miguel Ángel Maté de la UPM, “y eso, junto al hecho de encontrarse rodeado de otras estructuras, en algunos casos de gran tamaño, contribuye a vislumbrar la importancia de esta zona del asentamiento y esta edificación singular, que pudo cumplir alguna función político-religiosa”.
Según los autores, este estudio ayudará a la campaña de excavación que actualmente lideran arqueólogos de la UCM en el Torreón, así como a otros estudios e intervenciones que se realicen en el futuro. Cuando se pueda volver a celebrar la fiesta de la Luna Celta, que antes de la pandemia animaba cada verano a cientos de personas a subir al castro de Ulaca, es muy probable que se conozcan nuevos datos sobre este enigmático edificio vetón.
Fuente: SINC
https://www.agenciasinc.es/Noticias/Nuevas-pistas-sobre-el-misterioso-torreon-de-la-Pompeya-vetona
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