Por Elisa Bernal Vico
Este año se cumple una década de la pérdida del Adriano III, mayormente conocido como El Vaporcito de El Puerto, una motonave que se hundió en el muelle de Cádiz tras chocar con el atracadero. Las autoridades portuarias consiguieron reflotarlo, pero se varó en el rio Guadalete donde se encuentra abandonado a su suerte.
El Vaporcito, junto a sus dos naves hermanas (Adriano I y Adriano II) han llenado de historia y prestigio a la ciudad de El Puerto de Santa María. Las tres motonaves unieron la bahía de Cádiz con la ciudad porteña durante 81 años. Tal fue su pérdida para los ciudadanos gaditanos que en 2001 la Junta de Andalucía lo declaró BIC (Bien de Interés Cultural).
Actualmente se ha elaborado un plan, por parte del ayuntamiento local, para restaurar la nave y ponerla a flote de nuevo como un museo. Devolviendo parte de este emblema y patrimonio que se perdió en esa triste tarde de agosto en las aguas saladas de Cádiz.
Las naves Adriano fueron construidas con el fin de navegar la ría de Ferrol, pero en 1927 se convirtieron en andaluzas. Se alquilaron como transporte público para la Exposición Iberoamericana en Sevilla. Lo que se quería de estos barcos era llevar a la gente desde la ciudad de Sevilla hasta Sanlúcar. Finalmente, se convirtieron en un atractivo para los andaluces y sus aguas. Por ello, se decidió ceder la concesión de las naves al andaluz José María Millán, que pasó a gestionar así las tres motonaves desde las tierras de Cádiz.
El Adriano I tuvo una larga vida. Surcó un cuarto de siglo la bahía, jubilándose en 1955 tras explotar una de sus calderas en mitad de una travesía. Pero al mismo tiempo compartía las aguas con su hermano menor el Adriano II, aunque esta nave se mejoró en comparación a la primera. Tenía un aire más elegante, y se amplió la capacidad a 400 personas en tres alturas distintas (cubierta, sobrecubierta y toldilla).
Tras la explosión de la primera nave, se creó un tercer barco para sustituir la pérdida del primero, el Adriano III. Por lo que desde 1956 hasta 1997 ambas naves realizaban diariamente la ruta Cádiz- El Puerto, en este año se retiró del mar el Adriano II puesto que no cumplía las normas de seguridad por su deterioro. A partir de aquí el Adriano III -o mayormente conocido como El Vaporcito- es el único que seguía vivo de su estirpe, hasta 2011 que tras hundirse se llevó con él un legado que perdurará en los corazones y memoria de todo porteño y gaditano.
Los tres Adriano siempre irán asociados a su creador Pepe el del vapor. Una figura clave en la bahía y todo un ejemplo de vocación y entrega a su oficio, la marinería. Se dedicó por y para la sociedad gaditana, y su paisaje digno de admirar. Las naves servían tanto para turistas como para los locales que querían desplazarse de una ciudad a otra.
Estos barcos guardan miles de historias, que se recogen en 68 años de vida, pero nunca podremos olvidar el momento en el que el propio Rafael Alberti fue capaz de llevar el timón en uno de sus viajes. Miles de aventuras que quedarán por los siglos grabadas en las olas del río Guadalete y del mar Mediterráneo.
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Luisa C. (jueves, 17 junio 2021 12:01)
El Vaporcito de El Puerto. Entrañable