Por Javier I.M.
La calle "Mateos Gago" ha sido varias veces estudiada por arqueólogos debido a su importancia en la historia de
Al-Ándalus. Tras muchos años en los que se han descubierto fachadas y edificios pertenecientes al imperio almohade, se han encontrado restos en muy buen estado de un elemento clave en esta cultura: un baño público.
El hammam, ha sido una costumbre asociada al mundo islámico cuya historia se remonta al siglo VII. Desde sus orígenes se han encontrado vestigios de estos baños públicos a lo largo de todo Medio Oriente, paarte de Europa, y, por supuesto, en lo que fue Al-Ándalus.
El bar Giralda, en el número 1 de la calle Mateos Gago, ha sido siempre una localización famosa debido a su cercanía al centro de la ciudad y a la zona turística de Sevilla. Era ya conocida la importancia arquitectónica del edificio, pues se tenían indicios de que el bar había tapado elementos con un gran valor histórico.
La calle en la que se encuentra el bar, junto a la Catedral, ha sido objeto varios estudios en los que se analiza su importancia en el reinado almohade, pues era una de las principales calles comerciales, y ejemplo perfecto de la arquitectura de las ciudades musulmanas de la época.
El día 17 de febrero, al estar realizando unas obras para reformar el local, el arquitecto Fran Díaz encontró unos murales que tenían unas pintadas propias de un baño público que parecen pertenecer sin duda alguna a la cultura almohade, del siglo XII, imperio cuya capital era Sevilla. Álvaro Jiménez, arqueólogo especialista en la Sevilla musulmana y director del trabajo de investigación del hallazgo, cuenta que ha sido toda una sorpresa encontrarlo en un estado de conservación tan bueno.
Este hallazgo resulta muy esclarecedor, ya que es el primer baño público cuyos restos se encuentran íntegros, llegando incluso a verse una tubería de cerámica que regulaba el paso del agua. Los baños públicos musulmanes, que estaban inspirados por los romanos, contaban con varias salas con agua de distintas temperaturas para organizar la práctica por etapas de agua caliente, fría y templada.
También explican los expertos que lo más importante del descubrimiento son las pinturas, que decoran casi toda la superficie de la construcción, y también se encuentran en un perfecto estado. Hasta ahora, solo se conocían ejemplos de pinturas de los zócalos en baños similares, cuenta Jiménez.
Jaime Blanco, técnico especializado en reparaciones que visitaba el bar, y que ha realizado varios estudios sobre la calle Mateos Gago, explica que las ruinas fueron tapadas con anterioridad, cuando se realizó una reforma en el hotel que había antiguamente en el edificio.
Es también interesante, según Jiménez, que los baños se encuentran casi a ras del suelo. Lo normal en ruinas de este tipo es que se hallen en el subsuelo, pues las consecuentes construcciones van sepultando las ruinas. El arqueólogo director apuntaba también que lo que es la entrada del bar corresponde a la zona templada del hammam, su parte posterior. La entrada se encontraría en la calle contigua, la calle Don Remondo.
En este mes de marzo, se procederá a la reapertura del establecimiento, respetando el hallazgo y permitiendo su visita.
1. Restos de mural encima de la barra. 2. Tubería de mármol. 3. Arranque de un arco que designa la sala caliente. 4. Lucernas de una de las bóvedas © Fotos: Javier I.M.
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