Por Survival
Survival International demanda un refuerzo urgente de la protección policial para uno de los pueblos indígenas no contactados más vulnerables del mundo, después de que se hayan paralizado las medidas para proteger su territorio. La tribu kawahiva habita en una de las zonas más violentas de Brasil, donde las tasas de deforestación ilegal son las más elevadas del país En las últimas décadas muchos de sus miembros han sido asesinados.
La violencia ejercida por madereros y terratenientes ilegales significa que la FUNAI, el departamento brasileño de asuntos indígenas, no ha podido llevar a cabo debidamente su labor en la zona, dejando a la tribu expuesta y en riesgo de aniquilación.
El equipo de la FUNAI responsable de la protección de la tierra de los kawahivas precisa acompañamiento policial para su seguridad en sus expediciones de rastreo de talas ilegales y expulsión de los invasores.
En abril de 2016, el ministro de Justicia de Brasil firmó un decreto por el que se creaba un territorio indígena protegido en las tierras de la tribu y se prohibía el acceso de intrusos. Esto fue un gran paso adelante para las tierras y las vidas de los kawahivas, que se produco tras las presiones de los simpatizantes de Survival en todo el mundo.
Sin embargo, los esfuerzos por delimitar y proteger el territorio, llamado Rio Pardo, se han postergado y no se han llevado a cabo algunos pasos cruciales en el proceso de demarcación. Survival lleva tiempo insistiendo para que se acelere este proceso y se asegure el apoyo policial a la labor de la FUNAI en la zona.
Survival ha publicado una acción urgente: “Cuatro semanas para los kawahivas no contactados” para impulsar al gobierno brasileño a concluir el proceso de demarcación y prevenir un genocidio antes de que Jair Bolsonaro se convierta en presidente el próximo 1 de enero.
El territorio de los kawahivas se encuentra en la municipalidad de Colniza, donde alrededor del 90% de los ingresos proceden de la tala ilegal. Los kawahivas son nómadas cazadores-recolectores, pero ahora se ven obligados a huir continuamente. Huyen de las invasiones ilegales de su bosque, pues corren el riesgo de ser víctimas de la violencia de los foráneos que quieren robarles sus tierras y sus recursos, y de enfermedades como la gripe y el sarampión, contra las cuales no tienen inmunidad.
Jair Candor, el coordinador del equipo de la FUNAI encargado de los kawahivas, ha declarado: “La única manera de asegurar su supervivencia pasa por delimitar el territorio y crear un equipo permanente de protección. De lo contrario, se verán relegados a los libros de historia, al igual que tantos otros pueblos indígenas de esta región."
Stephen Corry, director de Survival International, ha declarado: “Después del trágico intento de John Allen Chau de establecer contacto con la tribu de los sentineleses ha crecido considerablemente el apoyo público a que se deje en paz a los indígenas no contactados. Son los pueblos más vulnerables del planeta, pero cuando se protegen sus tierras, prosperan.
“La labor de la FUNAI y de los agentes de protección medioambiental es crucial para impedir el genocidio de los kawahivas y la destrucción de su territorio, que constituye una parte increíblemente diversa de la Amazonia. Pedimos a la gente que escriba a las autoridades brasileñas en defensa de su derecho a la supervivencia."
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