Por Ecoportal.net
Ecologistas en Acción ha expresado su preocupación por la "degradación" del Mar Menor y "la falta de diligencia, pasada y presente, de las administraciones implicadas en su gestión", ya que este año "ha sido incapaz de asumir los nutrientes procedentes de los regadíos intensivos de su cuenca".
A su juicio, "la diferencia es que esta vez el final del Mar Menor está muy próximo y nadie sabe si hemos sobrepasado ya el punto de no retorno, lo que significaría que ninguna acción podría devolvernos la laguna tal y como la hemos conocido".
"Sus aguas están ahora entre verdes y marrones, turbias, muy lejos de la transparencia y de la calidad para el baño de hace unos años", lamentan, para después reprobar que "por desgracia, se vuelve a utilizar la laguna como arma electoral y justificante de obras públicas, caras, inútiles y con un fuerte impacto social y ambiental".
Sin duda, deja claro que "la grave situación actual afectará al turismo en la laguna en los próximos meses y años, se bañen o no los empresarios".
Advierte, asimismo, que la situación actual de las aguas "no se va a poder resolver a corto plazo con ninguna medida sacada de la chistera", por lo que instan a las autoridades sanitarias a realizar una campaña "especial e intensiva" de control de la salubridad, tanto para baño como para las especies comerciales, en las aguas del Mar Menor, que incluya una exhaustiva monitorización continua de las especies presentes en el fitoplancton.
La organización ecologista también emplaza a publicar los resultados en una web fácilmente accesible para cualquier persona. Este ejercicio de transparencia "servirá para tranquilizar a los miles de turistas que llegarán a la laguna en breve y que se preguntarán constantemente si es seguro bañarse en aguas tan poco apetecibles o comerse los productos pesqueros de la laguna".
Soluciones
Por todo ello, Ecologistas en Acción ha enviado a todos los actores implicados un documento de soluciones "integrales, efectivas y viables, propuestas por especialistas", y que "han demostrado su eficacia desde hace más de 20 años en muchas cuencas agrarias de Europa, para el actual problema de eutrofización del Mar Menor, sin olvidar que también hay medidas de otra índole que se deberán adoptar a medio y largo plazo".
En la misiva también instan a los partidos políticos y a las administraciones a sacar el Mar Menor de la contienda electoralista y a trabajar, de manera urgente, en un Consejo del Mar Menor en el que estén representadas todas las administraciones y actores implicados, incluyendo las organizaciones sociales y ambientales, con el asesoramiento de los expertos en la materia, optimizando los recursos públicos y repercutiendo parte de los gastos en quienes han contribuido a generar el problema, siguiendo el principio de "quien contamina, paga".
La laguna del Mar Menor, según la organización, "es un ecosistema único porque es la mayor laguna litoral de todo el Mediterráneo Occidental, presenta unas características ecológicas muy singulares, por sus aguas hipersalinas y oligotróficas (con muy pocos nutrientes), muy transparentes y tiene unos valores naturales tan importantes que le han valido poseer más de siete figuras de protección ambiental, incluyendo las de LIC, ZEPA y área Ramsar".
"Pero ni su singularidad ni la acumulación de figuras de protección han evitado su degradación efectiva durante las últimas décadas", señala Ecologistas, quien recuerda que el Mar Menor "fue la joya de la corona del turismo en la Región de Murcia, trascendiendo a nivel estatal e internacional como icono turístico".
Desde entonces, manifiesta, "las causas de su decadencia han sido muchas: el urbanismo exacerbado, los nuevos regadíos (legales e ilegales), los vertidos de aguas residuales, la contaminación agrícola, la roturación de humedales, la transformación de cauces, la construcción de diques y puertos, los fondeos ilegales, el exceso de navegación a motor o el aumento de la conexión de sus aguas con las del Mar Mediterráneo, entre otras razones".
En paralelo, las figuras de protección ambiental "han sido solo nominales y no se han materializado en el necesario Plan de Gestión Integral del Mar Menor, que debería abarcar toda la cuenca de drenaje que acaba influyendo en la laguna". Así, diferentes administraciones regionales y estatales "han eludido año tras año su responsabilidad en preservar dicha laguna, a pesar de promocionarla como el máximo exponente del turismo regional", lamenta.
"Tampoco se han tomado en serio la declaración del Campo de Cartagena como vulnerable a la contaminación por nitratos, así como la declaración del Mar Menor como zona sensible a la entrada de nutrientes, los cuales proceden de los vertidos urbanos y, sobre todo, de la contaminación difusa agraria", señala.
Asimismo, critica, "han desoído sistemáticamente los continuos avisos y advertencias de la comunidad científica y las organizaciones ambientales que se han hecho eco de las alarmas y las soluciones propuestas".
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