Por Servindi (Servicios de Comunicación Intercultural)
Carlo Petrini, presidente de Slow Food, una asociación ecogastronómica internacional sin ánimo de lucro, afirmó que los pueblos indígenas son los guardianes de las prácticas y tradiciones alimentarias que han evolucionado a lo largo de los siglos. “Ellos nunca han abandonado la madre tierra y es a ellos que deben recurrir a fin de construir nuevos paradigmas para nuestro futuro” señaló en su reciente intervención en la undécima sesión del Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas.
“Las crisis económicas, ambientales y financieras y los problemas de la obesidad y la salud que afligen a la sociedad moderna nos llama a volver a nuestras raíces y apoyar los sistemas alimentarios sustentables que brinda la vitalidad de la Tierra”, dijo Petrini. ”
Slow Food ha estado trabajando con las comunidades indígenas durante muchos años a través de su Fundación para la Biodiversidad y los proyectos de red de Terra Madre, que reúne a agricultores, pescadores, ganaderos, artesanos, estudiantes, cocineros y expertos de diversas partes del mundo.
En 2011, Slow Food Terra Madre Indígena organizó la primera reunión en Jokkmokk, Suecia. Una segunda edición está prevista para realizarse en la India el 2014.
El representante de Slow Food fue invitado a hablar en el Foro Permanente como miembro integrante de la entidades de la Asociación para la Agrobiodiversidad y la Soberanía Alimentaria Indígena.
Dicha asociación, fundada en 2010 y dirigida por Roy Phrang, es una red de comunidades indígenas y organizaciones comprometidas con la definición de sus propios alimentos y prácticas agrícolas que sostienen la biodiversidad agrícola.
Slow Food se fundó en 1989 para contrarrestar la fast food y la fast life, impedir la desaparición de las tradiciones gastronómicas locales y combatir la falta de interés general por la nutrición, por los orígenes, los sabores y las consecuencias de nuestras opciones alimentarias.
Slow Food es un movimiento internacional nacido en Italia que se contrapone a la estandarización del gusto y promueve la difusión de una nueva filosofía del gusto que combina placer y conocimiento.
Opera en todos los continentes por la salvaguardia de las tradiciones gastronómicas regionales, con sus productos y métodos de cultivación. El símbolo de Slow Food es el caracol, emblema de la lentitud.
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