OPINIÓN: Otra vez bajo las botas de los militares

Cuando conoces a Egas, a Bubacar, a Sana, a Braima, a Yebú, a Sidico, a Samba… También a la gente hospitalaria de Gambasse, la aldea mandinga donde la organización Siló mantiene escuela, dispensario y a la que ha llevado por primera vez la luz eléctrica.

Cuando conoces a Vitorino, a Bobó, a N´Dilia, a Tairo y a Mónica. Cuando de noche te has sentado con los chiquillos alrededor del fuego a jugar a las adivinanzas. “Tindi catindi, tinale”, adivina adivinanza: dos niños corren y corren, pero por más que el de atrás corra, nunca podrá alcanzar al que va delante. Las ruedas de una bicicleta.

Les veo en las fotos y no se me ocurre nada más que esperar noticias suyas: los teléfonos no funcionan cuando más se les necesita. Sobra todo lo que pueda escribir del golpe militar, de todos los golpes militares, que sufre Guinea-Bissau. Imagino a los tanques por la avenida de los Héroes Nacionales, las emisoras tomadas por los soldados, la mirada de reojo de los comerciantes…

Miro largamente las fotos de estas Navidades en Candemba-Uri y no puedo evitar que se me haga un nudo en la garganta. Ojalá todo les vaya bien y sigan riendo como entonces.

Blog de José Bejarano: 

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