OPINIÓN: Imaginación, equipaje ligero y...tira millas

Un primer testimonio es el del holandés Ramón Stoppelenburg quien en 2001 dejó sus estudios de Periodismo y su habitación en la residencia de estudiantes y partió con lo mínimo: una mochila con ropa, una cámara digital, un ordenador portátil, un teléfono móvil y, lo más importante, una idea que le permitiría viajar por dieciocho países sin comprometer su presupuesto inicial, de cero euros. Les hablo de LetMeStayForADay, una página web en la que Stoppelenburg pedía a los internautas que le invitaran a pasar un día en su casa, sin importar en qué punto geográfico se encontrasen. A cambio, se comprometía a escribir diariamente sobre sus experiencias.

Gracias a su ingenio Stoppelenburg estuvo dos años viajando a través de Europa, África, Oceanía y América del Norte. El éxito de su empresa fue tal que llegó a recibir más de 4.000 invitaciones de 72 países y, gracias a ello, consiguió patrocinadores que le pagaban los billetes de avión a cambio de publicidad en su página web. Hoy, Ramón Stoppelenburg cuenta con un libro ‘Letmstayforaday, around the world for free’,  que narra todas sus vivencias.

Siguiendo sus pasos Matt Harding, otro perspicaz  viajero dejó su puesto en la industria de los videojuegos en la que trabajaba en Australia para marcharse a recorrer Asia hasta que sus ahorros se agotasen. Para mantener informados a sus familiares y amigos creó la página web Where The Hell is Matt?. Según cuenta en su web, mientras estaba en Hanoi un compañero de viaje le sugirió que bailase delante del templo que estaban visitando y que él lo grabaría-  se refería a un baile particular de Matt que era gracioso-. El video fue subido a la web y en cuestión de días era famoso en internet.

Entonces, Harding fue subiendo videos bailando en diferentes lugares de Asia,  convirtiéndose en un auténtico éxito de YouTube. ‘Dance wiht Matt’ llamó la atención de Stride Gum, una marca de chicles de la casa Cadbury, quienes le propusieron atravesar el planeta con todos los gastos pagados y grabarse bailando delante de lugares famosos del mundo. Así, en 2006 Harding viajó por 39 países y bailó en todos ellos. 

"Soy joven, estoy soltero y acabo de licenciarme. Si no viajo ahora, no lo haré nunca".  Así de sincero se mostraba Sam Powers, quien junto con su amigo William Reinhard pusieron en marcha el proyecto: Two Guys Around The World. En septiembre de 2008 se embarcaron en una aventura de un año alrededor del mundo con un presupuesto de 10.000 dólares. Conscientes de que era casi imposible que sus ahorros les llevasen a todos los lugares que querían visitar recurrieron a otra fuente de financiación: los donativos anónimos.

En su página web se encuentra una lista de los países por donde viajan, fotos de los lugares visitados y un recuento a cuatro manos de sus experiencias; y también un enlace en el que los lectores pueden enviar una contribución voluntaria a través de PayPal y seguir la evolución de sus cuentas bancarias.

Powers y Reinhard agotaron su presupuesto en el séptimo mes de su viaje, pero consiguieron cumplir su objetivo. Gracias a varias donaciones y reduciendo los gastos al mínimo, los dos amigos consiguieron salir de Vietnam, país donde les pilló la bancarrota, y seguir su camino hacia Tailandia y Europa.

Lo mejor de estos testimonios viajeros es que ponen de manifiesto algo primordial: el dinero no es un factor esencial para hacer las maletas y largarse a recorrer el mundo. Es cierto que le ha ayudado la suerte, pero todos ellos son una prueba de que una buena dosis de ingenio se puede lograr.