OPINIÓN: Crisis, una decisiva oportunidad

Comencé a leer y los expertos de la Greenpeace habían demostrado que a través del uso de las energías renovables se podría ahorrar hasta 200.000 millones al año de aquí a 2050 (teniendo en cuenta la inversión necesaria) y que crearía una media de 12 millones de empleos de aquí a 2030, sin embargo, personas como Borja Prado, presidente de Endesa defienden que “las energías renovables suponen un lujo inabordable en economías de crisis”.

El planeta da poco más de sí, la escasez de petróleo nos empuja a un futuro incierto, el terrible problema de los residuos nucleares, la dependencia con respecto a otros países, los trágicos acontecimientos de Fukushima… y la cuestión es que no logro entenderlo…tienen el problema de frente, tenemos todos el problema de frente mirándonos a los ojos y se les ofrece la solución. Una solución que no sólo beneficia al medio ambiente y por consiguiente a todos y cada uno de nosotros, sino que también inyectaría oxígeno a un país estrangulados por malas políticas insostenibles, más de 200.000 millones al año que se podrían utilizar por ejemplo en pagar a la farmacéutica Roche los antitumorales que amenzan con dejar de suministrar a España por los graves retrasos en el pago a la empresa. Sin embargo, los políticos se niegan a escuchar, se niegan a innovar y toman esta crisis como una oportunidad para actuar impunemente mientras recortan en educación y sanidad en vez de cómo una oportunidad para el cambio.

Un ejemplo de ello es el sector del automóvil que está en crisis y desde el gobierno se empeñan en seguir levantando el sector a pulso y a lo mejor es que la solución no es que cada casa tenga 4 o 5 coches contaminando y dibujando un paisaje urbano metalizado.

A lo mejor es el momento del cambio, es el momento de remontar desde cero abriendo un camino intermedio y no seguir intentando trepar por un camino devastado que ya se ha demostrado que no nos lleva por ninguna parte. El momento de analizar y descartar. Otro sistema es posible, la energía renovable es posible y el hacernos escuchar es trabajo de todos, sólo es cuestión de no rendirnos. Merecemos otro mundo, otra oportunidad y otra clase dirigente que muestre un poco más de apego y respeto por la democracia, basado en el principio olvidado de que participamos todos. Dado que vista la situación, ahora más que nunca la tierra es la única herencia que le dejaremos a nuestros hijos, luchemos por ella.