Por Mariano Belenguer
Acampar procede de campo, en concreto del latin “campus” que significaba terreno llano o explanada. Hoy la palabra está vinculada a los viajes, al retorno a los espacios abiertos y naturales en contacto con el suelo y las estrellas. ¿Quién no ha disfrutado de una hermosa noche de acampada al lado de un una buena fogata, y con el cielo como techo?. Ir de acampada supone romper las rutinas y volver a nuestros orígenes rurales. Las acampadas nos sugieren libertad, aire libre, excursiones, rutas, expediciones… la pequeña y entrañable aventura de dormir al raso, de vivir , aunque sólo sea unos días pegado a la tierra. Pero estos últimos días el término acampar ha adquirido un nuevo significado...
En estos últimos días las acampadas han cobrado nuevos significados. En muchas ciudades los “indignaos” han “acampado” en terrenos urbanos, han hecho gala de su derecho a la libertad y a la protesta. En un grito conjunto con silencios y aplausos han mostrado su hartazgo. Con grandes dosis de civismo, de honestidad y solidaridad han añadido nuevos valores al hecho de acampar. Los indignados del 15-M han plantado cara a las mentiras, los engaños y las manipulaciones de banqueros, multinacionales y dirigentes políticos sin escrúpulos. Pero esta bienvenida y loable iniciativa no va a servir de nada si no se articula debidamente. Es necesario que de aquí surjan plataformas sociales y políticas que tenga voz permanente. En las acampadas, al dormir al raso, es muy fácil soñar con las estrellas, pero cuando el cielo se nubla conviene ponerse a cubierto. Es indispensable que las nuevas inclemencias del tiempo que se avecinan no cojan a los acampados desprevenidos, desunidos y sin voz. Para emprender un viaje hacia la esperanza, como en cualquier otro viaje, hay que ir bien equipados, en este caso con la mochila cargada de indignación e ilusión, pero también de organización y sólidos argumentos que permanezcan después de que se haya apagado el fuego del campamento.
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Ana (miércoles, 25 mayo 2011 10:57)
Más que nunca el acampado está "en contacto con el suelo"